REFLEXIÓN, después de 365 días con sus noches.

Sin darnos cuenta y pensando que esto lo íbamos a superar sin ningún problema, quizás por la información que nos han ido dando de que el mundo actual tiene herramientas suficientes para hacer frente a cualquier imprevisto que pueda aparecer, nos hemos ido dado cuenta de que todo era nuestro imaginación y la vaselina que nos iban dando para que al final fuéramos robots que hicimos todo lo que nos pidieron… no salgáis de casa, aplaudir a las 20.00, mascarilla no, mascarilla si, gimnasio es malo, ahora es bueno, nadar en la playa sólo federados (los federados seguramente se contagian menos) y otro montón de sandeces que nos han ido manteniendo alejados de nuestras relaciones humanas y deportivas.  Que recuerdos  al  ver  esta  foto…Rafelbunyol dic. 2019.

Al margen de todo esto es impresionante la cantidad de alternativas que se han buscado al deporte para intentar que la mente no pudiera con la apatía y la ansiedad de no poder ir a nadar o cualquier otra actividad que nos mantuviera «sanos»: piscinas en el patio, gomas en el cabecero de la cama, carreras por los pasillos.

Es interesante el artículo publicado por la clínica INDISA sobre los efectos que nos está produciendo este estado:

La pandemia que estamos viviendo ha provocado un sin número de alteraciones en los hábitos de las personas, siendo los deportistas uno de los grupos más afectados. Esto porque es muy probable que, al no poder practicar habitualmente, vean alterados factores físicos, técnicos y psicológicos, y como efecto de ello, cuando regresen a la actividad una vez superada y/o normalizada la crisis sanitaria, los riesgos de lesiones aumentarán, tal como señala el Dr. Nicolás Fontecilla, traumatólogo de Clínica INDISA: “La ansiedad y el estrés generado durante este período influyen directamente en la concentración y en el rendimiento del deportista. Este requiere estar 100% concentrado en su actividad para evitar lesiones musculo esqueléticas”.

Así, durante el confinamiento, un grupo importante ha intentado mantener algún tipo de rutina deportiva. Sin embargo, esto ha requerido modificar la práctica habitual por la falta de espacio o por el encierro, lo que conlleva a realizar ejercicios diferentes a los acostumbrados, produciendo muchas veces dolores o molestias en músculos y/o tendones que originan la famosa tendinitis.

“La sobrecarga de un grupo muscular que no se encuentra en óptimas condiciones genera muchas veces inflamación y dolor. Esto, sumado a entrenamientos sin el equipamiento adecuado y la falta de elongación y fortalecimiento muscular, son las principales causas de la aparición de las lesiones, siendo algunas de las más frecuentes la tendinitis aquiliana, tendinitis rotuliana, fascitis plantar y contracturas musculares, entre otras”, explica el Dr. Fontecilla.

Hoy es 27 de marzo de 2021, llevamos un año hechos un lío y sólo espero que cuando volvamos a leer este artículo estemos entrenando a tope y podamos olvidar esta pesadilla. NADAMAS