Después de algunos años entrenando equipos de competición de todas las edades y niveles, desde niños que dan sus primeras brazadas, sin saber muy bien que es lo que hacen en una piscina, hasta grandes deportistas a nivel nacional e internacional, te das cuenta de que la mayor parte del tiempo que dedicas a formar a tus nadadores no es en la piscina, sino a pensar como enfocar la temporada, empezando por un ciclo anual, con sus objetivos colectivos e individuales hasta llegar a cada uno de los nadadores, buscando que los entrenamientos les lleguen de tal forma, que cada día vuelvan a la piscina con la misma ilusión que el primer día.

Eso para mí ha sido lo más difícil, buscar la sonrisa y la disciplina a la vez, que disfruten pero sabiendo el esfuerzo que supone cada décima para llegar a superarse cada día, cada semana, cada temporada.

Recuerdo que el mes de Agosto suponía un reto, no preparar la planificación, sino como explicarla al equipo para que desde el primer día de septiembre entendieran que podía ser divertido buscar un objetivo común y trabajar en equipo para lograrlo. Ese día era fundamental ver sus caras, si participaban con sus compañeros y contaban que habían hecho durante el verano, ver a sus nuevos compañeros y analizar si alguno de ellos se separaba del grupo para intentar desde el primer día que todos se sintieran parte del proyecto.

Si consigues esto tienes más de la mitad del trabajo hecho, porque cualquier entrenamiento por duro que fuera iba a formar parte del camino que hay que recorrer para llegar al objetivo común y que aquellos que no consiguieran el tiempo para participar en un Campeonato Autonómico o Nacional, sintieran que los que iban a ir, era por el esfuerzo de todos.

El problema es cuando éstos que no han conseguido las marcas que ellos habían pensado al principio de temporada, se empezaban a desmotivar y a contagiar al resto, quizás por culpa del círculo que le rodea que le había creado unas expectativas irreales (incluido el entrenador).


Y QUE PASA CON LOS MASTER…

¿Cómo puede ser que nadadores aficionados estén motivados?, ¿Qué es lo que les mantiene con ilusión?. La verdad es que para mí que ya no me considero entrenador, sino uno más del grupo, un monitor de natación de niveles avanzado, ha sido un verdadero descubrimiento el poder participar en esta nueva «moda» del deporte para todos. Yo quiero agradecer al nuevo deporte del triatlón el empuje que le ha dado a la natación, ya que ha hecho que personas de otros deportes se den cuenta de que el sacrificio de hacer un esfuerzo fuera de tu medio habitual, vale la pena.

Para mí todos y cada uno de los que participan a nivel aficionado y con cierta edad, en cualquier disciplina deportiva, son verdaderos héroes. Cada día tienen un calendario que quita el hipo: trabajo, familia, hipotecas, seguros, colegios etc. etc., y a todo esto le agregas las horas de entrenamiento y competiciones, que en el caso de los triatletas, son 2-3 horas semanales de cada modalidad y alguna competición como dicen ellos «para rodar» casi todos los fines de semana.

Y lo mejor con una ilusión y agradecimiento que a veces te ruboriza.

Esta es la verdadera motivación, la que te hace seguir motivado, sin buscar recompensa a largo plazo, sólo por el hecho de disfrutar cada minuto lo que hacer y con la ilusión de aprender cada gesto, cada movimiento, por pequeño que sea, que les puedas explicar, porque para ellos es «lo más».

Para concluir os diré que con este grupo de HÉROES, no sé quién está más motivado si ellos o yo cuando cada día  participan en los entrenamientos con el objetivo de poder acabar.

Gracias a todos y NadaMas